El papel de las comunidades locales que conviven con especies silvestres obtiene mayor reconocimiento en la Conferencia Mundial sobre la Vida Silvestre – CoP18 de la CITES

Actualizado en 18 Octubre 2019

Ginebra, 22 de agosto de 2019 - La participación de las comunidades locales que conviven con especies de fauna y flora silvestres en las iniciativas de la CITES está recibiendo mayor atención en la reunión trienal del organismo regulador del comercio de vida silvestre. 
 
Con un total de siete temas del programa centrados en el asunto, la principal reunión mundial sobre la vida silvestre de este año dedicó casi un día entero a abordar la cuestión de las comunidades locales y sus medios de subsistencia. Más de 100 Estados Partes y observadores tomaron la palabra para expresar sus opiniones sobre los diversos temas relacionados con las comunidades locales. Se creó un grupo de trabajo de 61 miembros, integrado por representantes de los gobiernos, la sociedad civil y las comunidades, para estudiar la cuestión en mayor profundidad e informar al respecto a la Conferencia. Este es uno de los grupos de trabajo del período de sesiones más grandes establecidos en la CoP18. 
 
Se espera que, en los próximos decenios, el ritmo de extinción de las especies de animales y plantas será más rápido que nunca antes, como consecuencia, en gran medida, de las actividades humanas. Una de las mejores maneras de reducir esas pérdidas será la creación de un estrecho vínculo entre seres humanos y especies silvestres, del que ambos puedan reportar beneficios mutuos. La cuestión de cómo pueden las comunidades rurales participar mejor en el proceso de adopción de decisiones de la CITES ‒por ejemplo, mediante un comité permanente de la CITES o mecanismos a nivel nacional o de otro tipo‒ todavía tiene que ser definida por las Partes. 
 
“Las personas que viven más cerca de la naturaleza, en su mayoría, personas pobres y vulnerables, están en la primera línea de la crisis de la diversidad biológica. Al promover asociaciones entre los gobiernos, las comunidades locales y el sector privado, el régimen jurídicamente vinculante de la CITES busca lograr que las personas que conviven con la vida silvestre vean el valor que su supervivencia tiene para ellos. Durante los próximos años, necesitamos explorar e identificar, junto con las Partes, oportunidades hasta ahora no aprovechadas para actuar en la conservación local por medio de asociaciones”, dijo la Secretaria General de la CITES, la Sra. Ivonne Higuero.
 
 
Los países de todo el mundo que son Partes en la CITES tienen experiencias exitosas que demuestran cómo el comercio legal, sostenible y bien gestionado de animales y plantas silvestres puede apoyar los medios de vida de las comunidades locales y al mismo tiempo conservar a las especies en el medio silvestre. Recientemente se han recogido más de 30 estudios de casos de África, Asia, Europa, Oceanía, América del Norte y América del Sur, que se relacionan con el uso sostenible de una amplia gama de especies, desde mamíferos, reptiles, anfibios y peces hasta corales y plantas aromáticas y medicinales. Diez de estos casos fueron expuestos en un evento paralelo que tuvo lugar hoy durante la reunión en Ginebra.
 
Uno de ellos, proveniente de Georgia, en Europa, trata sobre la campanilla de invierno, una hermosa flor blanca cuyos bulbos son recolectados del medio silvestre para su exportación a todo el mundo. La campanilla de invierno se ve amenazada por la sobreexplotación, y el Gobierno de Georgia está trabajando con las empresas exportadoras para que incorporen a las comunidades rurales en los procesos de recolección, secado, almacenamiento, empaquetado y transporte de los bulbos silvestres. Como resultado, los pequeños agricultores de zonas rurales remotas y pobres se benefician del comercio internacional de flora silvestre y actúan para garantizar la sostenibilidad de la población de campanillas.
 
Otro ejemplo es el del cocodrilo del Nilo, en Kenya. Valorados por su piel, que se utiliza para fabricar bolsos y otros artículos de lujo, los cocodrilos salvajes han visto el descenso de su población debido al comercio insostenible, así como a la destrucción de su hábitat y otras presiones. En colaboración con la CITES, el Gobierno de Kenya fomenta la participación de los aldeanos de las zonas costeras en la recolección sostenible de huevos del medio silvestre para venderlos a una de las tres empresas que los incuban y los crían. Estas granjas de cocodrilos también proporcionan empleo local, por lo que el interés económico de las comunidades locales está en consonancia con la supervivencia a largo plazo de la especie.
 
Quizás el logro ejemplar más conocido de la CITES sea el de la vicuña, un pariente del camello que vive en las zonas altas de la cordillera de los Andes, en América del Sur. Si bien la experiencia del Perú es quizás más conocida, Bolivia también puede presumir de resultados notables con la vicuña, tal como se describe en un nuevo estudio de caso.
Las poblaciones de vicuña han crecido a un ritmo sostenido desde que se dispuso su uso sostenible por medio del comercio legal. En Bolivia, la población aumentó de aproximadamente 3.000 ejemplares en 1969 a unos 163.331 en 2018. La vicuña se ha convertido en un bien económico para las comunidades, en lugar de un competidor del ganado por las tierras de pastoreo, lo cual ha reducido la caza furtiva y ha motivado a las comunidades a llevar adelante medidas de conservación y de lucha contra la caza furtiva. 
 
Otros de los casos presentados fueron el de la cría y el comercio del cocodrilo de agua salada en Australia; la cría y el comercio del pez Pirarucú en el Brasil; la cría y el comercio de osos polares por los inuits en el Canadá; la caza y el comercio de trofeos de caza del carnero salvaje en México; la cría y el comercio del terecay en el Perú; el cultivo y el comercio del aloe en Sudáfrica; y la caza de trofeos de íbice y markhor en Tayikistán.
 
Estos nuevos estudios de casos sobre los efectos positivos del comercio sostenible y legal de especies incluidas en la CITES fueron llevados a cabo en respuesta a la Resolución Conf. 16.6 (Rev. CoP17) de la CITES en que “se reconoce que: a) se debería alentar el empoderamiento de las comunidades rurales mediante medidas que incluyan, según proceda: ..., potenciar al máximo los beneficios para las comunidades rurales derivados de la aplicación de la CITES y el comercio conexo”.
 
Véase también: Fichas informativas sobre 10 nuevos casos de la CITES y los medios de subsistencia
“The mostly poor and vulnerable individuals who live closest to nature are at the frontline of the biodiversity crisis. By promoting partnerships between governments, local communities and the private sector, the legally binding CITES regime seeks to ensure that the people who live with wildlife see the value to them in its survival. Over the coming years we need to identify and explore with Parties untapped opportunities for local conservation action through partnerships,” said CITES Secretary-General, Ivonne Higuero.