La Secretaría de la CITES acoge con agrado la declaración de la CPW, en la que se insta a la adopción de un enfoque basado en la ciencia para la gestión de la vida silvestre en el contexto de la COVID-19

Actualizado en 24 Noviembre 2020

COMUNICADO DE PRENSA

La Secretaría de la CITES acoge con agrado la declaración de la CPW, en la que se insta a la adopción de un enfoque basado en la ciencia para la gestión de la vida silvestre en el contexto de la COVID-19

CPW partners logo

La Asociación de Colaboración sobre Manejo Sostenible de la Fauna Silvestre (CPW) ha emitido una declaración conjunta en la que insta a la adopción de un enfoque pragmático, fáctico y basado en la ciencia para hacer frente a los desafíos en materia de gestión de la vida silvestre que han surgido como consecuencia de la pandemia de COVID-19.

En su declaración, los asociados de la CPW, incluida la Secretaría de la CITES, establecen cuatro principios rectores para guiar la adopción de decisiones en torno a medidas para reducir los riesgos del aumento y la propagación de las zoonosis, y al mismo tiempo contribuir a la conservación de las especies y los ecosistemas, y la preservación de los medios de subsistencia de diversos grupos que dependen de la vida silvestre para obtener ingresos y asegurar su sustento.

Estos principios pueden resumirse en los siguientes puntos:

 

  • Reconocer la importancia del uso de la vida silvestre para muchas comunidades, en particular las comunidades locales y los pueblos indígenas, en las respuestas de política.
  • Mantener y restaurar la salud y resiliencia de los ecosistemas para reducir el riesgo de propagación de zoonosis y pandemias en el futuro.
  • La persecución, o incluso la matanza, de los animales silvestres sospechosos de transmitir enfermedades no resuelve las causas de la aparición y la propagación de las zoonosis.
  • Reglamentar, gestionar y vigilar la cría, el comercio y el uso de especies silvestres para garantizar que sean seguros, sostenibles y legales.

 

CPW Statement layout finalUna de las primeras reacciones a la propagación de la COVID-19 fue la de hacer llamamientos para establecer distintos tipos de prohibiciones generales al comercio, la cría, el consumo u otras formas de uso de especies silvestres o productos derivados de estas, en particular el consumo y el comercio de carne silvestre en los mercados de alimentos frescos y animales vivos.

Sin embargo, el conjunto de los miembros de la CPW argumentan que esas prohibiciones generales no harían frente a las causas subyacentes de la propagación de las zoonosis, como la invasión y la destrucción del hábitat por las actividades humanas o los efectos de la pérdida de diversidad biológica en la capacidad de los sistemas de resistir a las enfermedades y prestar servicios esenciales para todas las especies.

Esas respuestas también podrían resultar contraproducentes para millones de personas cuyos medios de vida y seguridad alimentaria dependen directamente de su acceso a diversas especies de fauna y flora silvestre y su utilización.

En cambio, la declaración de la CPW busca alentar a los interesados a que primero actúen para hacer cumplir de manera efectiva las reglamentaciones existentes en materia de uso, consumo y cría de vida silvestre. La asociación también señala que los esfuerzos por hacer frente a los nuevos desafíos del mundo tras la COVID-19 deberían basarse en hechos y en la ciencia, teniendo en cuenta las necesidades de los grupos más vulnerables, a fin de que los factores más profundos que afectan a la salud de los ecosistemas mundiales, así como a la salud humana, sean abordados de manera eficaz y eficiente.

Los asociados de la CPW instan a los gobiernos, las organizaciones y otros asociados a reconocer el importante papel que las comunidades indígenas y locales pueden desempeñar en el establecimiento de patrones de uso sostenible y conservación de la vida silvestre a través de los conocimientos tradicionales que poseen sobre el medio en que viven, dejando clara la necesidad de hacerlos participar de forma significativa en la búsqueda de soluciones de futuro para esos desafíos.

La declaración también pretende alentar la adopción de un enfoque integrado que contribuya a restaurar los ecosistemas dañados y preservar los servicios esenciales que garantizan la seguridad de la naturaleza, incluidos los seres humanos, frente a la propagación de las enfermedades, asegurando al mismo tiempo medios de vida sostenibles para aquellos que viven en contacto con la naturaleza.

La Secretaria General de la CITES, la Sra. Ivonne Higuero, dijo lo siguiente: “La pandemia ha tenido enormes consecuencias económicas y a nivel humano en todo el mundo, y ha suscitado llamamientos para establecer una nueva relación con la naturaleza, a fin de reducir el riesgo de propagación de zoonosis en el futuro. Esto exige que las decisiones de política que afectan el uso, el consumo y el comercio de especies silvestres y otros recursos basados en la biodiversidad estén ancladas, de forma meditada y cuidadosa, en hechos y en la ciencia. Los cuatro principios rectores establecidos por los asociados de la CPW ofrecen a los encargados de formular políticas una base objetiva a partir de la cual guiar sus esfuerzos hacia una gestión eficaz y realista de la vida silvestre y la biodiversidad, de modo tal que nuestra relación con la naturaleza mejore y sea sostenible y segura para las personas y el planeta”.

La CPW está integrada por un grupo de organizaciones internacionales que tienen mandatos o programas que giran en torno al uso sostenible y la conservación de los recursos de la vida silvestre.

Entre esos asociados, figuran la Secretaría de la CITES, el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD), la Convención sobre las Especies Migratorias (CEM), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Centro de Investigación Forestal Internacional (CIFOR), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el Consejo Internacional para la Conservación de la Caza y la Fauna Silvestre (CIC), el Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad (FIIB), el Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo (IIED), el Centro de Comercio Internacional (CCI), la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO), y TRAFFIC: la red de supervisión del comercio de flora y fauna silvestres.

La asociación fue establecida en 2013 con el objetivo de crear una plataforma que aborde las cuestiones relacionadas con la gestión de la vida silvestre que requieren respuestas nacionales y supranacionales.

Para más información, sírvase ponerse en contacto con:

Secretaría: Francisco Pérez, +41 22 917 1447, francisco.perezgonzalez@un.org