La CITES decide nuevas reglas para el comercio de especies marinas, maderables y otras especies silvestres

Actualizado en 12 Enero 2021

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COMUNICADO DE PRENSA

La CITES decide nuevas reglas para el comercio de especies marinas, maderables
y otras especies silvestres

Ginebra, mayo de 2007 – La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) celebrará su próxima conferencia en La Haya, del 3 al 15 de junio, a fin de decidir como mejorar el régimen de comercio de fauna y flora silvestre.

Entre otras cuestiones, los gobiernos de los 171 Estados miembros abordarán unas 40 nuevas propuestas para enmendar las reglas para el comercio de especies silvestres. Muchas de esas propuestas reflejan la creciente preocupación internacional sobre la acentuada destrucción de los recursos marinos y forestales mundiales debido a la sobrepesca y la tala excesiva.

Otras tratan de promover la protección o la utilización sostenible de diversas plantas, reptiles, aves y mamíferos. En otras propuestas se reconocen los logros en materia de conservación tratando de suprimir de los Apéndices de la CITES las especies que han dejado de estar amenazadas por la sobreexplotación.

Entre otras cuestiones en el orden del día cabe señalar una nueva visión estratégica para el periodo 2008-2013, la aplicación de la reglamentación CITES y el control del comercio ilegal y los posibles impactos de las medidas de la CITES sobre los medios de subsistencia de la población rural pobre, que a menudo se encuentra en la primera línea de la gestión y el cuidado de la fauna y la flora silvestre.

Además, el Gobierno de los Países Bajos organizará la primera reunión Ministerial de la CITES el miércoles 13 de junio. Las deliberaciones se centrarán en la madera, la pesca y la forma más idónea en que la CITES puede apoyar los esfuerzos de observancia de sus Partes para luchar contra el comercio ilegal.

El Sr. Achim Steiner, Director Ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que administra la Secretaría CITES, dijo “Gracias a sus rigurosos procedimientos y a sus disposiciones de cumplimiento y observancia, la CITES es uno de los instrumentos internacionales más eficaces de que disponemos para reducir el índice de pérdida de la biodiversidad para 2010. Además, la CITES apoya las prioridades actuales de la comunidad internacional de lograr los objetivos de desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas”.

El Secretario General de la CITES, Sr. Willem Wijnstekers, declaró “Es esencial que la CITES continúe evolucionando con miras a responder a los crecientes desafíos a que se enfrenta nuestro medio ambiente natural y las comunidades que dependen de él. El debate sobre la inclusión de nuevas especies de peces y de madera de gran valor constituirá un importante indicador de la dirección que podría tomar la CITES en los próximos años”.

Especies marinas

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en 2002 las capturas de la pesca mundial (independientemente de la acuicultura) se elevaron a 93,2 millones de toneladas de peces, de los cuales 84,5 millones procedían del mar. El valor de las capturas totales de peces marinos y de agua dulce en el primer punto de venta ascendió a unos 78 mil millones de dólares EE.UU. Como resultado, se estima que alrededor del 47 por ciento de los stocks de peces marinos o grupos de especies se explotan plenamente, el 18 por ciento es objeto de sobreexplotación y el 10 por ciento ha disminuido considerablemente o se está recuperando del decrecimiento (véase www.fao.org/docrep/007/y5600e/y5600e04.htm).

En los últimos años se ha incluido un número creciente de peces explotados comercialmente en los Apéndices de la CITES, por ejemplo, el tiburón peregrino y el tiburón ballena se incluyeron en el Apéndice II en 2002 y el gran tiburón blanco y el napoleón en 2004. En las propuestas presentadas en esta reunión (véase www.cites.org/eng/cop/14/prop/index.shtml) se pretende ampliar el amparo de la CITES a otras dos especies de tiburones, a la anguila, al coral rojo, a los peces sierra, a un tipo de pez cardenal muy apreciado en el comercio de acuarios y, por último, a dos especies de langostas.

La mielga (Prop. 16) es un tiburón de pequeño tamaño otrora abundante en aguas templadas, que es objeto de sobreexplotación por su carne, altamente valorada en Europa (se encuentra a menudo en los puestos de ““fish and chips”, típicamente británicos) y en otros lugares. Como sucede con muchos otros tiburones, es particularmente vulnerable a la pesca excesiva, debido a su lenta tasa de reproducción. Asimismo, suele viajar en grandes bancos de cientos o miles de ejemplares, lo que hace que los barcos de pesca puedan localizarlos con facilidad. Alemania, en nombre de la Comunidad Europea (CE), propone incluir la mielga en el Apéndice II (que gestiona el comercio mediante un sistema de permisos) y establecer un programa de gestión sostenible de la pesca para la especie.

El marrajo sardinero (Prop. 15) ha experimentado una disminución de la población, en particular en el Atlántico septentrional y el Mediterráneo, debido a la pesca insostenible por el elevado valor de su carne y aletas. Alemania, en nombre de la CE, pone de relieve la falta de datos coherentes sobre la captura global de la especie y opina que el hecho de exigir permisos de exportación CITES garantizaría que los mercados internacionales se abastecen con peces procedentes de la pesca ordenada sostenible que mantiene registros precisos.

La anguila (Prop. 18) desova en el Mar de los Sargazos en el Atlántico oriental. Las larvas se desplazan a través del “Gulf Stream” durante un periodo de migración de tres años hacia Europa, donde entran en los estuarios y se metamorfosean en jóvenes angulas. Un alimento muy popular, las anguilas viven en ecosistemas costeros y de agua dulce en Europa y el Mediterráneo. Al observar que los stocks han disminuido drásticamente durante los últimos decenios debido a la pesca excesiva y otros motivos, Alemania, en nombre de la CE, propone que la anguila se incluya en el Apéndice II y se requieran permisos de exportación.

El más valioso de todos los corales preciosos, el coral rojo (Prop. 21) se ha explotado durante más de 5.000 años y se ha utilizado en joyería y para hacer artículos decorativos. Estos menudos animales marinos (conocidos como pólipos) construyen vastas colonias en los océanos tropicales, subtropicales y templados. Los arrecifes y colonias resultantes constituyen un hábitat extremadamente valioso para numerosas otras especies. Sin embargo, la sobreexplotación y la destrucción de colonias enteras debido a las redes de arrastre de fondo y las rastras han conducido a una drástica disminución de la población. Estados Unidos propone incluir el coral rojo en el Apéndice II para controlar su comercio.

En otro tiempo muy extendido desde los trópicos hasta latitudes templadas, viviendo principalmente en zonas costeras, la población del pez sierra (Prop. 17) ha disminuido en más del 90 por ciento en toda su área de distribución. Sus sierras rostrales, dientes, aletas y otras partes del cuerpo alcanzan precios elevados y se utilizan en medicina tradicional y como objetos curiosos, mientras que los especímenes vivos son apreciados para los acuarios. Si se adopta la propuesta presentada por Estados Unidos, Kenya y Nicaragua se añadiría el pez sierra al Apéndice I, lo que prohibiría todo el comercio internacional.

El cardenal de Banghai (Prop. 19) es popular en el comercio de acuarios desde 1995, con una explotación de 700.000 a 900.000 peces capturados cada año. Su área de distribución geográfica limitada, su pequeña población y sus peculiares hábitos reproductores hace que sea particularmente vulnerable a la sobreexplotación. En su propuesta, Estados Unidos hace una llamamiento a la gestión de la especie mediante el sistema de permisos CITES. Asimismo, mantiene que los establecimientos existentes de cría en cautividad pueden satisfacer una gran parte de la demanda.

Por último, Brasil propone incluir en el Apéndice II de la CITES las poblaciones brasileñas de la langosta del caribe y la langosta verde (Prop. 20), declarando que después de 50 años de intensa explotación comercial, ambas especies se han pescado excesivamente para abastecer los mercados internacionales de alimentos. Las langostas viven en aguas costeras, inclusive en los arrecifes y bancos de algas marinas, y necesitan unos cuatro años para llegar a la plena madurez.

Especies de madera

Se reconoce ampliamente que los bosques tropicales están sometidos a intensa presión debido a la tala y la conversión de la tierra. La FAO estima que se ha perdido más del 0,8 por ciento de los bosques tropicales cada año entre 1980 y 1990. Entre 1990 y 2000, la pérdida anual de la cubierta forestal en muchos países tropicales siguió siendo significativa, ascendiendo en muchos casos a más del 1 por ciento al año.
La protección de la CITES a las especies maderables, al igual que a las especies marinas, se ha iniciado en fecha reciente. Sin embargo, dado que los madereros buscan las zonas de bosques que quedan y talan selectivamente las maderas de gran valor, se expresa cada día mayor preocupación sobre la necesidad de disponer de mejores controles. Los Estados miembros en la CITES ya han acordado incluir la caoba latinoamericana y el ramin y la madera de agar de Asia sudoriental en el Apéndice II.

Alemania, en nombre de la CE, propone incluir en el Apéndice II tres especies de palisandro (Props. 31 y 32). Esta especie crece únicamente en bosques palustres en Belice meridional y en las regiones colindantes de Guatemala y México. En la propuesta se mantiene que la especie está amenazada por el incremento de la deforestación en la región y que su madera es muy apreciada como madera de gran calidad tonal para fabricar instrumentos musicales. La facilidad de acceso a su hábitat y la disminución de los stocks de otros palisandros pueden incentivar los niveles de comercio.

El cedro (Prop. 33) de América Central y del Sur, en otro tiempo un árbol común, se ha talado selectivamente al menos durante los últimos 250 años por su madera. Esta madera se valora localmente por su resistencia a la carcoma y a los insectos e internacionalmente como madera preciosa. El cedro es objeto también de amplia deforestación. Para proteger esta especie de la reducción en toda su área de distribución natural, Alemania, en nombre de la CE, propone que se incluya en el Apéndice II y se soliciten permisos para su comercio.

Marfil

El interminable debate mundial sobre el elefante africano se ha centrado en los beneficios que pueden aportar los ingresos de las ventas de marfil para la conservación y las comunidades locales que comparten su vida con esos animales de gran tamaño y potencialmente peligrosos y en la inquietud de que esas ventas puedan fomentar la caza furtiva. En las propuestas que se presentan en esta reunión (Props. 4 a 6) se reflejan de nuevo las opiniones antagónicas sobre la forma más idónea de mejorar la conservación del animal terrestre más grande.

La CITES prohibió el comercio internacional de marfil en 1989. Ulteriormente, en 1997, reconociendo que algunas poblaciones de elefante de África meridional eran numerosas y estaban bien gestionadas, autorizó a Botswana, Namibia y Zimbabwe a que realizasen una venta única de marfil a Japón, totalizando unas 50 toneladas. Las ventas se realizaron en 1999 y se lograron unos 5 millones de dólares EE.UU.
En 2002, la CITES acordó en principio autorizar una segunda venta a Botswana (20 toneladas), Namibia (10 toneladas) y Sudáfrica (30 toneladas). (En 2004, no se acordó que la CITES autorizase cupos anuales). Las ventas únicas estaban supeditadas a que el programa MIKE (Supervisión de la matanza ilegal de elefantes) estableciese datos de referencia actualizados y exhaustivos sobre la población de elefantes y los niveles de caza furtiva. El programa MIKE se estableció para ofrecer una evaluación objetiva sobre los impactos que podrían tener las futuras ventas de marfil sobre las poblaciones de elefantes y la caza furtiva.

Hasta la fecha, el Comité Permanente de la CITES, que supervisa la aplicación de las decisiones de la CITES entre las reuniones de la Conferencia de las Partes (CoP), no ha determinado si se han compilado los datos de referencia MIKE y, por ende, las ventas no se han llevado a cabo. Esta cuestión se revisará cuando el Comité Permanente se reúna de nuevo en La Haya, el 2 de junio, justo antes de la apertura de la CoP.

En la presente reunión, Botswana y Namibia presentan conjuntamente una propuesta para mantener las poblaciones de elefantes de Botswana, Namibia, Sudáfrica y Zimbabwe en el Apéndice II, al tiempo que se allanan las condiciones para permitir las futuras ventas de marfil. Además, Botswana solicita autorización para realizar una venta única de 40 toneladas de las reservas de marfil existentes, seguido de un cupo de exportación anual de ocho toneladas de marfil al año, de su población nacional.

Por el contrario, Kenya y Malí proponen que se imponga una prohibición del comercio de marfil en bruto y trabajado de Botswana, Namibia, Sudáfrica y Zimbabwe durante un periodo de 20 años, argumentando que la autorización de cualquier mercado de marfil redundará en un incremento de la caza furtiva de elefantes.

Se ha previsto la celebración de una reunión de los Estados del área de distribución del elefante, que tendrá lugar del 31 de mayo al 1 de junio, en un esfuerzo por lograr consenso regional sobre la mejor manera de gestionar las manadas de elefantes del continente.

Otras propuestas

El perezoso de Bengala (Prop. 1) es un primate pequeño y nocturno nativo de Asia meridional y sudoriental. En la propuesta se declara que dos especies de perezosos están amenazadas por la elevada y creciente demanda en los países asiáticos de medicinas tradicionales y animales de compañía. Asimismo, estas especies sufren de la desenfrenada destrucción del hábitat. Camboya estima que transferir estas especies del Apéndice II al Apéndice I, prohibiendo así toda transacción comercial, ayudaría a que el público tomase conciencia de la necesidad de protegerlas e incentivaría las medidas nacionales de conservación.

Argelia propone incluir varias gacelas (Props. 10 a 12) en el Apéndice I; Guatemala propone transferir el heloderma (Prop. 14) del Apéndice II al Apéndice I; Uganda desea transferir la población ugandesa de leopardo (Prop. 3) del Apéndice I al Apéndice II, a fin de autorizar el comercio limitado de trofeos deportivos; y Brasil propone transferir la población brasileña de caimán negro (Prop. 13) del Apéndice I al Apéndice II. En otras propuestas se solicita la supresión de especies de los Apéndices de la CITES, atendiendo a hecho de que ya no necesitan esa protección. Entre otras, cabe señalar un tipo de ágave (Prop. 22), una planta suculenta, el gato montés norteamericano (Prop. 2), la planta ornamental las campanas de Oconee (Prop. 28) y varias especies de cactus (Props. 24 y 25).

La visión estratégica, la observancia y otras cuestiones

En la CoP se debatirá y adoptará un nuevo texto para sustituir a la visión estratégica adoptada en 2000. El objetivo de la visión estratégica actualizada es mejorar el funcionamiento de la Convención y garantizar que la formulación de políticas en la CITES se alinea con los cambios en las prioridades ambientales internacionales (véase el documento CoP14 Doc. 11).

En el proyecto de texto se recalca como la CITES puede: ayudar a cumplir los objetivos de desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas; reducir considerablemente el índice de pérdida de la diversidad biológica para 2010; garantizar la administración de los recursos naturales y su utilización a niveles sostenibles; salvaguardar la fauna y la flora silvestre como una parte integral del ecosistema global del que dependen todas las formas de vida; lograr una mayor comprensión de las cuestiones culturales, sociales y económicas en juego en los países productores y consumidores; promover una mayor participación de la sociedad civil en el desarrollo de políticas y prácticas de conservación; y prestar mayo atención al comercio internacional de especies maderables y acuáticas.

El comercio ilegal de vida silvestre y la efectiva observancia de la reglamentación de la CITES constituyen importantes preocupaciones para los gobiernos y figuran claramente en el orden del día de la conferencia. Por ejemplo, los delegados abordarán como mejorar el acopio de información para tener una visión más clara del contrabando y el comercio ilícito a escala mundial. Asimismo, se les pedirá que vuelvan a convocar el Grupo de expertos sobre observancia de la CITES, integrado por oficiales de diversos organismos de aplicación de la ley nacionales e internacionales, para que aborden esta cuestión.

Entre otras cuestiones en materia de observancia cabe destacar determinadas especies muy apreciadas por los delincuentes de vida silvestre, a saber, los elefantes, los grandes simios y los tigres, el esturión y la caoba; la posible función de Internet para facilitar el comercio ilegal; y las misiones especiales emprendidas por la Secretaría CITES para examinar el comercio ilegal. En las misiones más recientes se han visitado bosques y puertos en Indonesia, en colaboración con el Proyecto para la Supervivencia de los Grandes Simios del PNUMA, a fin de analizar la explotación y el contrabando de orangutanes, y se ha rendido visita a la Región Autónoma del Tíbet (China) para examinar el uso de pieles de tigre y leopardo en las vestimentas. Esta labor tiene por finalidad determinar las dificultades a que hace frente el personal de aplicación de la ley en el terreno e identificar los medios en que pueden recibir apoyo de la comunidad CITES (véanse los documentos CoP14 Doc. 23 a 32).

Pese a que el objetivo principal de la CITES es conservar la biodiversidad, los gobiernos han reconocido los vínculos existente entre la biodiversidad, la conservación y los medios de subsistencia de los pobres. Además, hay razones éticas, políticas y pragmáticas para tomar en consideración los posibles impactos de la reglamentación de la CITES sobre los medios de subsistencia de los pobres. La CoP examinará medidas prácticas para lograr esto, inclusive una propuesta para realizar diversas evaluaciones y estudios de casos sobre la manera en que las decisiones de la CITES repercuten actualmente en los medios de subsistencia (véase el documento CoP14 Doc. 14.)

Los delegados estudiarán también una recomendación de que los Principios y directrices de Addis Abeba para la utilización sostenible de la diversidad biológica, acordados en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, se consideren como un instrumento adicional voluntario que los gobiernos pueden tener en cuenta al aplicar la CITES (véase el documento CoP14 Doc. 13.).

Antecedentes: comprensión de la CITES

Los hombres utilizan miles de especies en sus vidas diarias como animales de compañía, alimentos, artículos de moda o atención básica de salud. La CITES reconoce que el comercio de esos animales y plantas puede ser benéfico para la conservación y los medios de subsistencia de la población local. Cuando el comercio de vida silvestre no está reglamentado, puede dañar seriamente las poblaciones de las especies, en particular las especies que ya son vulnerables como resultado de otros factores, como la pérdida del hábitat. Los gobiernos respondieron a esta preocupación adoptando la CITES en 1973, a fin de regular el comercio internacional de vida silvestre de modo que se practica a nivel sostenible. Con unas 171 Partes, la CITES sigue siendo uno de los instrumentos más poderosos del mundo para lograr la conservación de la biodiversidad mediante la reglamentación del comercio de la fauna y la flora silvestres.

Incluso si se prescinde de la pesca comercial y la industria de la madera, el comercio internacional de vida silvestre es un negocio gigantesco, cuyo valor se estima en miles de millones de dólares anualmente y afecta a más de 350 millones de especímenes de fauna y flora cada año. El comercio internacional no reglamentado puede llevar a las especies amenazadas y en peligro al borde de la extinción, especialmente cuando se combina con la pérdida del hábitat y otras presiones.

La CITES ofrece tres opciones de fiscalización en forma de Apéndices. El comercio internacional de animales y plantas incluidas en el Apéndice I está prohibido salvo en circunstancias excepciones. En el Apéndice I están incluidas unas 530 especies de animales y un poco más de 300 especies de plantas, entre otras, todos los grandes simios, varios grandes felinos, como el guepardo, el leopardo nival y el tigre, numerosas aves de presa, grullas y faisanes, todas las tortugas marinas, muchas especies de cocodrilos, galápagos y serpientes y varios cactus y orquídeas.

El comercio internacional se autoriza para las especies incluidas en el Apéndice II, pero está estrictamente controlado mediante el sistema de permisos CITES. El Apéndice II ampara a más de 4.460 especies animales y 28.000 especies de plantas, incluyendo, entre otros, todos los primates, felinos, cetáceos, loros, cocodrilos y orquídeas que no figuran en el Apéndice I.

Por último, en el Apéndice III se incluyen todas las especies que están protegidas dentro de las fronteras de un país miembro. Al incluir una especie en el Apéndice III, un país hace un llamamiento a los demás países para que lo ayuden a regular el comercio de la especie de que se trata. En este Apéndice figuran más de 290 especies.

En consecuencia, la CITES hace mucho más que regular el comercio de los grandes mamíferos emblemáticos. Establece un sistema de certificación ecológico para el comercio no perjudicial de vida silvestre (basado en los permisos y certificados CITES), lucha contra el comercio ilegal y los delitos relacionados con la vida silvestre, promueve la cooperación internacional y ayuda a establecer planes de gestión para que los Estados del área de distribución puedan supervisar y administrar sosteniblemente las especies incluidas en los Apéndices de la CITES.

La CITES exige que cada Estado miembro adopte la legislación nacional necesaria y designe oficialmente a una Autoridad Administrativa que expide los permisos para llevar a cabo el comercio. Los gobiernos deben designar también a una Autoridad Científica para que formule asesoramiento científico sobre las importaciones y exportaciones. Esas autoridades nacionales son responsables de la aplicación de la CITES, en estrecha colaboración con las aduanas, los organismos de observancia de la vida silvestre, la policía y otros órganos pertinentes.

A medida que el impacto del comercio sobre una población o una especie aumente o disminuya, la especie puede incluirse en los Apéndices, suprimirse de ellos o transferirse de un Apéndice a otro. Esas decisiones deben basarse en la información científica más precisa disponible y el análisis de la forma en que los diferentes tipos de protección pueden repercutir en una determinada población.

Cabe señalar que cuando una especie se transfiere del Apéndice I al Apéndice II, no significa que su protección se ha “degradado”. Al contrario, puede interpretarse como que la población de una especie ha crecido hasta un punto que puede comercializarse bajo estricto control. Además, al autorizar el comercio de una especie a nivel sostenible, la inclusión en el Apéndice II puede mejorar la protección al ofrecer a la población local una mayor participación en la supervivencia de la especie.

El examen preliminar de la Secretaría CITES descrito se centra en si las propuestas de los gobiernos han abordado de manera suficiente los distintos criterios de inclusión. Esos criterios están relacionados con: el comercio (¿se comercializa activamente la especie? ¿cuál es el problema real para la especie, el comercio o, por ejemplo, la destrucción del hábitat?); la biología (¿hay pruebas científicas de que la especie está disminuyendo o aumentando?); y otras cuestiones técnicas (por ejemplo, ¿el autor de la propuesta ha consultado debidamente con otros Estados del área de distribución?).

Nota a los periodistas: Para mayor información, véase: www.cites.org o póngase en contacto con Michael Williams: +41-79-409-1528 (celular), +41-22-917-8242 (oficina), michael.williams@unep.ch; o Juan-Carlos Vásquez: +41-22-917- 8156 (oficina) o juan.vasquez@cites.org.


 

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