Unicamente para uso de los medios de comunicación;
no se trata de un documento oficial.
COMUNICADO DE PRENSA
En las propuestas CITES sobre el comercio de vida silvestre se aborda la explotación excesiva de los recursos marítimos, la tala ilegal y la recuperación de animales emblemáticos de gran tamaño
Ginebra, 14 de junio de 2004 – La publicación que hoy presentamos de un examen preliminar de las propuestas para enmendar las normas del comercio internacional de vida silvestre marca el inicio de un debate sobre la conservación y el uso sostenible de animales y plantas silvestres que concluirá con la adopción de decisiones reglamentarias relevantes en una importante conferencia que se celebrará en Bangkok, Tailandia, del 2 al 14 de octubre.
El Sr. Kaus Toepfer, Director Ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que administra la Secretaría de la CITES, dijo que “Aunque se gestación se remonta al decenio de 1960, la CITES sigue ocupando sin duda alguna un lugar destacado en el debate mundial sobre la conservación de la vida silvestre”. Asimismo, añadió que “Muchas de las nuevas propuestas confirman también que la CITES puede contribuir efectivamente al desarrollo sostenible y la mitigación de la pobreza.
Las propuestas presentadas por 50 gobiernos ponen de relieve algunas de las tendencias y cuestiones más candentes. La cuestión atentamente observada de los peces comercialmente valiosos se plantea en las propuestas de Australia y Madagascar por una parte, y de Estados Unidos, Fiji y la Unión Europea por otra, con miras a incluir al gran tiburón blanco y el pez napoleón, respectivamente, en el régimen comercial de la CITES. Si se aceptan estas propuestas, en el futuro será preciso expedir permisos y formular dictámenes sobre extracciones no perjudiciales del medio silvestre para proceder al comercio de estas especies.
El pez napoleón es un pez de arrecife de gran tamaño que se encuentra en los océanos Índico y Pacífico y que es muy apreciado por los pescadores. El gran tiburón blanco es sin duda más conocido gracias a la película “Tiburón”. Se trata de un carnívoro raro que madura lentamente y se encuentra en la cima de la cadena alimentaria del océano y en ocasiones es capturado en las actividades de pesca recreativa. En 2002 se tomó una medida decisiva para utilizar las normas comerciales de la CITES para proteger a las especies de tiburones comercialmente valiosas, cuando se incluyeron en el Apéndice II de la CITES el tiburón ballena, el pez más grande del planeta, y el tiburón peregrino.
Otro sector industrial en el que se han introducido con más frecuencia las normas de la CITES es el comercio de madera y de productos arbóreos de gran valor. Los envíos de caoba de América Latina deben ir acompañados de permisos de exportación CITES desde el pasado mes de noviembre. Ahora Indonesia propone controles más rigurosos para el comercio de ramin, que es una de las principales exportaciones de madera de Asia sudoriental, así como para la madera de agar que contiene el valioso aceite de “agar”, que se utiliza ampliamente para fabricar incienso, perfumes y medicamentos.
El Sr. Willem Wijnstekers, Secretario General de la CITES dijo que “El continuo interés que suscita la forma en que la CITES puede contribuir a la conservación y la gestión de especies maderables y de peces de gran valor refleja la acentuada inquietud sobre la salud cada día más precaria de los océanos y bosques del planeta”.
Un tema recurrente en el programa de la CITES es la continua sobreexplotación de las plantas medicinales. De las cuatro propuestas sobre este tema, la presentada por China y Estados Unidos sobre las especies Taxus de Asia (tejo), cuyas hojas se utilizan para producir paclitaxel, un ingrediente esencial para fabricar uno de los medicamentos contra el cáncer más vendidos en todo el mundo.
Otro grupo de animales que necesita la atención de la CITES son las tortugas terrestres y galápagos de Asia. Un inmenso número de tortugas silvestres se venden en los mercados alimenticios en China y en otros países asiáticos que se están desarrollando rápidamente. Unas 30 especies ya están amparadas por la CITES; se presentan ocho propuestas para someter el comercio de otras especies asiáticas a los controles de la CITES.
En otras propuestas se trata de aliviar las normas sobre el comercio de algunos de los animales más grandes, bellos y exóticos que han sido los símbolos del movimiento conservacionista desde el decenio de 1960 y de 1970. Los autores de las propuestas mantienen que algunos de ellos se han recuperado lo suficiente como para autorizar algún comercio debidamente controlado.
La cuestión de permitir o no el comercio de los mamíferos terrestres y marinos más grandes de la tierra ha acaparado la atención en las conferencias de la CITES desde hace mucho tiempo. El comercio internacional de marfil del elefante africano se autorizó en el marco de la CITES hasta 1989. La constatación de la existencia de poblaciones saludables y bien ordenadas en África meridional permitió a la CITES acordar una venta única de las existencias de marfil en 1997 y de nuevo en 2002. Las ventas de 2002 de Botswana, Namibia y Sudáfrica aún no se han llevado a cabo a la espera de que se establezca la información de referencia sobre la caza furtiva y las poblaciones.
Namibia presenta en esta ocasión una propuesta para establecer un cupo anual de exportación de dos toneladas de marfil. Tanto Namibia como Sudáfrica proponen el comercio de artículos de cuero de elefante. Inmediatamente antes de la conferencia de Bangkok se celebrará una reunión de diálogo de los Estados del área de distribución del elefante africano a fin de lograr un consenso regional sobre la forma de hacer progresos.
La Comisión Ballenera Internacional (CBI) prohíbe la pesca comercial de ballenas desde mediados del decenio de 1980 y esa pesca no puede reanudarse hasta que se haya acordado un régimen de ordenación. Japón propone que se levante la prohibición sobre las tres poblaciones de rorcual menor para autorizar su comercio internacional. En el pasado se rechazaron propuestas similares presentadas por Japón y Noruega, en parte debido a que las disposiciones de la CITES deben ser compatibles con las medidas de conservación adoptadas por la CBI.
Entre otras propuestas para aliviar los controles sobre las especies incluidas en los Apéndices de la CITES cabe señalar el cocodrilo de Cuba y el cocodrilo del Nilo. Zambia, por ejemplo, solicita un cupo anual de exportación de hasta 548 especímenes silvestres en vez de especímenes criados en granjas. Por su parte, Swazilandia estima que es ahora seguro permitir un comercio controlado de trofeos de caza y de especímenes vivos de rinoceronte blanco.
Asimismo, Estados Unidos desea reemplazar la prohibición del comercio en vigor sobre el águila cabeciblanca por un sistema de permisos y suprimir al gato de monte de los Apéndices de la CITES.
El examen preliminar realizado por la Secretaría de la CITES se ha centrado en determinar si en las propuestas se abordan debidamente los distintos criterios de inclusión. Estos criterios se refieren al comercio (¿se comercializa activamente la especie? ¿el verdadero problema es el comercio o, más bien, la destrucción del hábitat?); la biología (¿cuál es la prueba científica de que las poblaciones disminuyen o aumentan?); y a otras cuestiones técnicas (por ejemplo, ¿ha consultado el autor de la propuesta debidamente con otros Estados del área de distribución?).
Ulteriormente, una vez que las Partes y los organismos interesados hayan expresado sus opiniones sobre las propuestas, la Secretaría publicará una segunda evaluación, en la que se formularán recomendaciones sobre las propuestas.
Nota a los periodistas: Las propuestas pueden consultarse en www.cites.org. Para mayor información, sírvanse ponerse en contacto con Juan Carlos Vásquez, Telf: +41-22-917-8156 o juan.vasquez@unep.ch, o Michael Williams, Telf. +41-79-409-1528 (cel), +41-22-917-8242 (oficina), o michael.williams@unep.ch.
Información general complementaria
La CITES, cuya Secretaría está administrada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, ofrece tres opciones de fiscalización en forma de Apéndices. Las especies de animales y plantas incluidas en el Apéndice I están excluidas del comercio internacional, salvo en circunstancias excepcionales. Entre otras especies cabe destacar todos los grandes simios; algunos de los grandes felinos como el guepardo, el leopardo nival y el tigre; numerosas aves de presa, grullas y faisanes; todas las tortugas marinas, muchas especies de cocodrílidos, tortugas y serpientes; y algunos cactus y orquídeas.
El comercio de especies incluidas en el Apéndice II está autorizado, pero estrictamente controlado mediante un sistema de permisos CITES. En este Apéndice figuran todos los primates, felinos, cetáceos, loros, cocodrílidos y orquídeas no incluidas en el Apéndice I.
Por último, en el Apéndice III figuran las especies que están protegidas dentro de las fronteras de un país miembro. La inclusión en el Apéndice III permite a un país solicitar ayuda a otros países para regular el comercio de la especie concernida. Las especies incluidas en este Apéndice deben ir acompañadas de documentación CITES.
Miles de especies en todo el mundo están en peligro debido a las actividades antropogénicas como la destrucción del hábitat, la caza furtiva, la sobreexplotación y la contaminación. La CITES se adoptó en 1973 para abordar las amenazas generadas por una sola de esas actividades, a saber, el comercio internacional insostenible. Hasta la fecha 166 países se han adherido a la CITES, haciendo que sea uno de los acuerdos más importante de todo el mundo sobre la conservación de las especies y la utilización no perjudicial de la vida silvestre.
Incluso si dejamos de lado la pesca comercial y la industria de la madera, el comercio internacional de especies silvestres es un enorme negocio, estimado en miles de millones de dólares anuales, que afecta a más de 350 millones de especímenes de animales y plantas cada año. El comercio internacional no regulado puede conducir a las especies amenazadas y en peligro al borde de la extinción, en particular cuando se combina con la pérdida del hábitat y otras presiones.
La CITES otorga varios grados de protección a unas 30.000 especies de animales y plantas en función de su situación biológica y el impacto que pueda tener sobre ellas el comercio internacional. El Apéndice I contiene menos de 600 especies animales y más de 300 especies de plantas, mientras que el Apéndice II abarca más de 4.100 especies animales y 28.000 especies de plantas – siete veces más de especies de animales y noventa veces más de especies de plantas. El Apéndice III, en el que figuran especies protegidas dentro de los límites de un país miembro, abarca más de 290 especies.
|