Reflexiones sobre el quincuagésimo aniversario de la entrada en vigor del Tratado Mundial sobre la Vida Silvestre por Ivonne Higuero, Secretaria General de la CITES

Actualizado en 01 Julio 2025

 

Publicado originalmente en UN Chronicle aquí

Reflexiones sobre el quincuagésimo aniversario de la entrada en vigor del Tratado Mundial sobre la Vida Silvestre por Ivonne Higuero, Secretaria General de la CITES
 
1 de julio de 2025
 
A long-tailed pangolin (Manis tetradactyla), listed in Appendix I of the Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora (CITES). Photo: Angiolo/Adobe Stock
Un pangolín de cola larga (Manis tetradactyla), incluido en el Apéndice I de CITES. Foto: Angiolo/Adobe Stock

Hoy es un día de gran celebración para los defensores de la conservación de la vida silvestre en todo el mundo. Han pasado 50 años desde que la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) entró en vigor el 1 de julio de 1975. Este hito no es simplemente un marcador en el tiempo; es un momento para reflexionar sobre la distancia que hemos recorrido en la búsqueda de la conservación de los animales y las plantas silvestres, y reunir fuerzas y sabiduría para el camino que tenemos por delante.

El viaje que comenzó como una visión forjada en Arusha, reconocida en Nairobi y Estocolmo, firmada en Washington D.C. por 21 países, y ratificada por primera vez por 10 países, se ha convertido en uno de los acuerdos multilaterales sobre medio ambiente más impactantes del mundo, un tratado único en el que el comercio se cruza con la biodiversidad.

Debemos honrar el legado de los muchos visionarios que sentaron las bases de este Convenio: conservacionistas, comerciantes, responsables políticos y líderes comunitarios. Celebremos los logros de nuestras 185 Partes signatarias, que han trabajado incansablemente y han invertido tanto para aplicar los principios básicos del Convenio de legalidad, sostenibilidad y trazabilidad. Estos principios constituyen una obligación legal para garantizar que el comercio internacional de animales y plantas incluidos en los Apéndices de la CITES esté bien regulado.

Las Partes en la CITES siguen reforzando este compromiso cada día mediante una aplicación eficaz, por ejemplo, formulando dictámenes de extracción no perjudicial (DENP) para garantizar que el comercio es sostenible, verificando la adquisición legal para garantizar que los especímenes ilegales no entran en el comercio internacional y adoptando medidas coercitivas cuando es necesario.

Delegados en la CoP3 de la CITES en Nueva Delhi, 1981. Foto: Secretaría CITES

Sin las acciones de las Partes, la CITES se habría estancado en la línea de salida. Sus esfuerzos son el motor que impulsa la Convención hacia un futuro en el que el comercio internacional promueva tanto los objetivos de conservación como los beneficios económicos y de subsistencia sostenibles.

En las últimas cinco décadas, el terreno que nos rodea ha cambiado radicalmente. El comercio mundial se ha expandido a una escala sin precedentes. La población humana se ha duplicado. La triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación amenazan nuestra propia existencia. Con este telón de fondo, la CITES ha crecido, no sólo en tamaño, sino también en propósito y relevancia. La Convención se ha convertido en un puente vital entre la conservación y el comercio, entre la ciencia y la política, y entre las generaciones presentes y futuras.

La reunión plenipotenciaria de la CITES, o Convención de Washington, se celebró en Washington D.C. en 1973, con la representación de 80 países. En ella se revisaron 25 documentos oficiales, 25 propuestas sobre fauna y 5 sobre flora. En la actualidad, la CITES regula el comercio de más de 40.000 especies. En la última reunión de la Conferencia de las Partes (CoP), celebrada en 2022, 160 de las 185 Partes de CITES estuvieron representadas y decidieron añadir o cambiar la situación de más de 500 especies en los Apéndices de CITES. De las propuestas adoptadas, se acordó que el comercio internacional de 4 especies de aves, 100 especies de tiburones y rayas, 50 especies de tortugas y galápagos, 160 especies de anfibios y 150 especies de árboles debía regularse en el marco de la CITES.

Esta ampliación refleja la urgencia ecológica. Las incorporaciones simbolizan la evolución en la comprensión de la profunda relación que existe entre los animales y plantas salvajes y nuestra cultura, medios de vida, economía y propia supervivencia. Sin embargo, el crecimiento conlleva complejidad. Las decisiones científicas, jurídicas y de gestión deben tener en cuenta más partes interesadas, más datos y más riesgos que nunca. Esto exige disciplina, inclusión y herramientas más afiladas.

Cape aloe (Aloe ferox), a plant listed in CITES Appendix II. Photo: Lynette/Adobe Stock
Aloe del Cabo (Aloe ferox), una planta incluida en el Apéndice II de CITES. Foto: Lynette/Adobe Stock

El Informe CITES sobre el comercio mundial de fauna y flora silvestres, elaborado por el Análisis de los Registros del Comercio de Fauna y Flora Silvestres, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la Organización Mundial del Comercio, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, destaca que hace medio siglo, la mayor parte de la fauna y flora silvestres objeto de comercio procedía de la naturaleza. Hoy, sin embargo, gran parte del comercio afecta a especies procedentes de instalaciones de cría en cautividad o viveros, producidas bajo estrictos requisitos y condiciones. Estamos siendo testigos de la evolución del comercio internacional de especies silvestres, y la Convención está evolucionando y adaptándose para hacer frente a los retos y oportunidades asociados.

Además, a lo largo de los años, las Partes en la Convención se han preocupado cada vez más por las amenazas de sobreexplotación y han ampliado el alcance de las especies incluidas en los Apéndices, que ahora incluyen más de 800 especies arbóreas y 2.000 especies marinas. También hemos visto la retirada de especies de los Apéndices y el traslado de especies del Apéndice I al II cuando los esfuerzos de conservación y los controles de la CITES han tenido éxito. Estos son signos tangibles de progreso: la prueba de que la regulación, cuando está bien diseñada y bien aplicada, puede impulsar la sostenibilidad.

Una votación durante el Comité I de la CoP11 de CITES en Gigiri, 2000. Foto: Secretaría CITES

El camino no siempre ha sido fácil. En los últimos años, hemos superado convulsiones mundiales: COVID-19, crisis financieras, gripe aviar, cambios repentinos de las sedes de la CoP, dinámicas geopolíticas desafiantes e interrupciones en la cadena de suministro. Sin embargo, a pesar de todo, la CITES no sólo ha resistido, sino que se ha hecho más fuerte. Hemos celebrado reuniones de los órganos rectores y científicas en condiciones sin precedentes. Se han tomado decisiones en circunstancias difíciles, y aún así se han logrado avances, gracias al firme compromiso y colaboración de nuestras Partes, a los hábiles Presidentes que presiden los diversos Comités, y a los numerosos expertos que dedican su tiempo voluntariamente a pesar de la gran carga de trabajo que tienen en sus países de origen.

Al mismo tiempo, reconocemos que debemos adaptar cómo trabajamos, no sólo en qué trabajamos. La CITES funciona como convocante de las Partes que operan en un marco multilateral. La gobernanza es colectiva, las Partes aspiran a que las decisiones se tomen por consenso y la función de la Secretaría es facilitar la aplicación. En consonancia con los cambios que se han producido a lo largo del tiempo, la Secretaría también ha evolucionado. Hoy estamos orgullosos de ser geográfica y culturalmente más representativos que nunca, con personal de más de 25 países. Y por primera vez en nuestra historia, la Secretaria General es una mujer y procede del Sur Global. Estos cambios reflejan la evolución del rostro de la conservación: un rostro global, inclusivo, diverso, empático y profundamente colaborador. Los cimientos de la Secretaría siguen siendo sólidos y se caracterizan por una probada experiencia en la materia, profundos conocimientos técnicos y una dedicación inquebrantable, cualidades que las Partes reconocen constantemente.

En las últimas décadas, la CITES ha desarrollado y aprovechado un conjunto de herramientas que nos ayudan a navegar por un paisaje cada vez más complejo, no sólo para mantener el ritmo, sino para liderar.

La Convención está transformando décadas de datos en inteligencia. La CITES mantiene uno de los conjuntos de datos más sólidos sobre el comercio internacional de especies silvestres, comunicado por las Partes a lo largo de 40 años. La Base de Datos sobre el Comercio CITES ha superado los 25 millones de transacciones comerciales. Herramientas como CITES Wildlife TradeView y Species+ permiten tomar decisiones en tiempo real sobre riesgos, tendencias y sostenibilidad. A través del Programa de Seguimiento de la Matanza Ilegal de Elefantes, hemos proporcionado datos y análisis de campo a largo plazo a las Partes de la CITES para ayudarles a tomar decisiones sobre la conservación y gestión de los elefantes. Los sistemas electrónicos de concesión de permisos CITES, o sistemas eCITES, facilitan cada vez más la concesión digital de permisos y la integración en los sistemas nacionales de ventanilla única, mejorando la transparencia, la trazabilidad y la eficiencia en tiempo real.

CITES Secretary-General Higuero (second from right) addresses the CITES Plants Committee at its twenty-sixth meeting in Geneva, Switzerland, 2023. Photo: CITES Secretariat
La Secretaria General de CITES, Ivonne Higuero (segundo por la derecha), se dirige al Comité de Flora de CITES en su vigésimo sexta reunión en Ginebra, Suiza, 2023. Foto: Secretaría CITES

La ciencia sigue siendo la base de la Convención. Recientemente, numerosas Partes, observadores y expertos independientes han desarrollado una guía general de DENP para garantizar la sostenibilidad del comercio de animales y plantas. Y la regulación de la introducción procedente del mar o IFS, que es el desembarco de especies incluidas en la CITES capturadas en zonas fuera de la jurisdicción nacional, es un reto único para las Partes, y la CITES también está estudiando orientaciones al respecto.

La CITES está apoyando el cumplimiento de manera más inteligente. Con enfoques personalizados, como planes de acción para el cumplimiento, seguimiento de casos, misiones técnicas específicas y creación directa de capacidad, la Secretaría ayuda a las Partes a reforzar sus marcos jurídicos y normativos sin un modelo único para todos. Las recomendaciones se elaboran meticulosamente para ofrecer a las Partes el mejor asesoramiento para una aplicación y un cumplimiento más eficaces de las disposiciones del Convenio.

Regular el comercio y el uso de la vida silvestre beneficia a las personas, al planeta y a la prosperidad, pero esto se ve gravemente socavado por los delitos contra la vida silvestre. Por ello, la CITES ha asumido un papel de liderazgo en la lucha contra los delitos contra la vida silvestre. A través del Consorcio Internacional para Combatir los Delitos contra la Vida Silvestre, se presta apoyo directo a guardas forestales, funcionarios de aduanas y de policía, fiscales y otros agentes de todo el sistema de justicia penal. Cada vez se moviliza más el uso de herramientas forenses, y se presta especial atención a la lucha contra los flujos financieros ilícitos, los riesgos de corrupción, los delitos contra la vida silvestre relacionados con Internet, y mucho más.

En los últimos años se ha profundizado el diálogo intersectorial. Ya se trate de la participación de los sectores de la pesca y la madera, del comercio de animales de compañía y plantas ornamentales, o de los pueblos indígenas y las comunidades locales, la CITES sigue siendo un foro de confianza para conciliar la conservación y el comercio. Creamos un espacio seguro y neutral para que las Partes encuentren un terreno común y entablen un diálogo franco, no polarizador y constructivo, como lo demuestran los debates en curso sobre el elefante africano y la financiación sostenible, los esfuerzos de los Estados del área de distribución sobre la conservación del jaguar y la coordinación multilateral sobre la conservación de la totoaba. Estos foros contribuyen a generar confianza y consenso, permitiendo a las Partes afrontar juntas retos complejos y encontrar soluciones.

Mientras reflexionamos sobre el pasado, nuestra mirada también se fija firmemente en el horizonte: en Samarcanda, Uzbekistán, donde se celebrará la vigésima reunión de la CoP en noviembre de 2025. Esta CoP no sólo marcará una reunión histórica en una de las encrucijadas culturales y comerciales más antiguas del mundo, sino que también servirá como punto de referencia simbólico del medio siglo de evolución de la CITES. Samarcanda nos ofrece una oportunidad única para reafirmar nuestro compromiso común, abordar cuestiones difíciles sobre el alcance y la sostenibilidad de la Convención, y perfeccionar la forma en que priorizamos y colaboramos en el futuro. Mientras nos preparamos para esta reunión crítica, llevamos con nosotros las lecciones de 50 años, el impulso de los progresos recientes y la responsabilidad de trazar un rumbo claro y unido para las próximas décadas. El camino a Samarcanda no es sólo un destino; es una llamada a la acción.

CITES Secretary-General Higuero (centre-left, holding sign) attends the launch of the CITES Global Youth Network in Singapore, 2024. Photo: Shenn Tan
La Secretaria General de la CITES, Higuero (centro-izquierda, sosteniendo un cartel), asiste al lanzamiento de la Red Mundial de la Juventud de la CITES en Singapur, 2024. Foto: Shenn Tan

CITES no es un acuerdo estático ni autosuficiente. Es una promesa viva de invertir en la naturaleza, un compromiso con el futuro, entre nosotros y con los millones de especies con las que compartimos este planeta.

A todas las Partes de la CITES, a las Autoridades Administrativas y Científicas de la CITES, a nuestros donantes, socios, observadores, a los Pueblos Indígenas, a las comunidades locales, a las autoridades de aplicación y a los jóvenes del mundo, gracias por estar en este viaje, y por sus inestimables contribuciones y su incansable dedicación que hacen que esta Convención sea más fuerte, más inteligente y más inclusiva.

Dejemos que los próximos 50 años estén marcados por una unidad más profunda, un enfoque más nítido y una acción más audaz. Sigamos avanzando, aprendiendo del pasado y trabajando juntos para abordar las lagunas y aprovechar los logros para fortalecer los esfuerzos de conservación futuros. Debemos seguir apuntando alto y construir un mundo en el que los animales y las plantas silvestres prosperen en sus hábitats naturales, en el que el comercio apoye -y no amenace- la biodiversidad, y en el que las personas y el planeta prosperen en armonía.